domingo, 25 de febrero de 2018

QUÉ BONITO NOMBRE



Hoy me he despertado con olor a naranja agria, solo hacía falta abrir la ventana y saber que venia de los naranjos de la calle Victoria, las están despojando de sus árboles, ese color naranja fuerte está desapareciendo de entre lo verde de sus hojas. El jardinero está podando sus ramas y los está preparando para que renazcan de nuevo su flor. Os preguntaréis el porqué de la importancia que le doy, pero seguro que a más de uno, esto que estoy diciendo le suene a "gloria". No hay primavera que no se anuncie sin el olor que nos regalan estos árboles, los mismos que ven pasar el tiempo. Cuando el viento llega sin avisar y empieza a soplar, el tintineo de sus hojas se encargan de indicarte de dónde viene, si es de Poniente acarrea con las nubes y puede llover, si es de Levante soplará fuerte de mañana para apaciguarse por la tarde, dejándola serena y sosegada. El naranjo, qué bonito nombre y que bonitos quedan en una calle, su pequeña sombra te aminoran del intenso calor en los días de verano. Te despiertan los sentidos con su olor y su color. Cuando se vistan con su flor no te asombres si te traen recuerdos, la naturaleza ha despertado tu conciencia  que estaba adormecida.

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